miércoles, 11 de junio de 2008

Agresores sexuales, después de los treinta años ¿que?

Hay frases que hacen daño aún realizadas en foros académicos porque la posibilidad de rebatir es nula. Las ciencias avanzan y se han eliminado castigos corporales de los códigos de penalización. También se eliminan premios en el sistema educativo,¿por qué?.El exito requiere que la persona no vuelva a delinquir y que se arrepienta.

El arrepentimiento comienza cuando uno ve el sinsentido y que puede hacer daño a una persona, aún cuando se lo haya hecho antes. No olvidemos que la provocación existe en algún caso, además de la visión tunel (la nula capacidad de ver alternativas que puedan hacer ver que el daño es la peor de las soluciones). Proponer la salud pasa por trabajar términos clásicos pero dotándolos de operatividad. Recuerdo que toda mi familia ha dado mucho valor a la fuerza de voluntad, el control de los impulsos y el dominio aún la adversidad se haga presente. ¿Porqué diferenciar ámbito teórico y práctico buscando el apoyo en el castigo y autoristarismo de forma exclusiva?. Programemos soluciones.

¿Después de los treinta? Mito sobre los agresores sexuales

El conocimiento se puede adquirir mediante la experiencia propia y ajena. He podido oír como la mayoría de mis colegas de carrera que a partir de los treinta años el impulso o energía sexual tiende a desaparecer. Es decir, que hacer el amor o tener encuentros sexuales supone un esfuerzo importante. La realidad de cada persona y el contraste, con otros saberes (directos, e indirectos entre los que se encuentran enciclopedias o charlas de mayores entendidos) puede permitirnos relativizar este hecho.Muchos solteros y casados menores pueden con frases de este estilo generar un miedo irracional a que la edad pase y que uno no pueda demostrar el amor o una conducta a través del sexo. De ahí que siendo una frase que no fue ilustrada con ejemplos creo que deba ser desmentida.

Hay personas que no notarán mayor efecto, pensemos que hay deportistas que cuidan su cuerpo sin llegar a la extenuación como un exponente evidente de lo que es la salud; y otras muchas personas que saben que hay actividades y temas como el tipo de dieta que hacen que puedan influir. El auditorio era menor de los treinta años, en su mayoría y se pudo dejar influir hasta cierto punto. En el tema sobre la sexualidad de la tercera edad se nos vendía un discurso contrario. ¿Fue una aportación personal?. Hay que reconocer que la vida de un docente puede ser algo sedentaria. La respuesta queda en el aire y en suspenso. He de admitir que el tema que me lleva es algo más serio. Se habla del delito sexual como un delito importante que genera un tipo de trastorno específico. Le llaman estrés postraumático y no deja de ser un trastorno que pudiendo ser pasajero a veces se cronifica con síntomas depresivos y ansiosos, en equilibrio variable. La persona parece no cansarse de recordar el trauma o lo niega, pero sigue viviéndolo aún su voluntad sea la contraria. La repercusión es importante, limita las relaciones con personas parecidas, escenarios similares o algo que pueda sugerirle el peligro pasado o futuro, todo es negativo.

El presente es siempre peor al antes de, por regla general ya que el desánimo es constante.El que un hombre a los treinta ya sienta menos deseo podría ser una expectativa favorable pasa alguna persona que pudiera haber sido seducida o forzada contra su voluntad. Tengo que darle una mala noticia, el deseo persiste aún después de los treinta aunque la puedo tranquilizar de una forma superficial. El agresor se puede cansar de la víctima e ir a por otra, o simplemente su deseo es expresar la rabia de verse vigilado o incluso por hacerse a valer entre personas que tienen ciertos valores, actitudes y conductas similares. Antes se desconocía el fenómeno chat, aunque si se sabe que en entornos como la cárcel la gente gusta de contar sus hazañas, o es frecuente en grupos de personas allegadas (grupos que pueden ser desde colegas de oficina, grupos de gamberros, mafias o amigos de panda... que se caracterizan por la búsqueda de relaciones esporádicas o de buscar su afirmación; a través de pisar el derecho de personas que son más débiles o que lo parecen en algún sentido). Se habló en clase del fenómeno Lorena Bolwit, una mujer que se tomó la justicia por su mano y decidió aplicar una de las penas que se solía aplicar en otras épocas como comentan.

Hace años que conocemos la contracepción, que puede estar recomendada por médicos y autorizada por la Iglesia dado que ni la persona ni el posible hijo tienen posibilidades de vivir. Hemos oído y se oyó allí la posible castración química (sólo se la mencionó creando un fantasma, no se dio la posible explicación de un tratamiento coincidente). Muchos hemos oído de que uno de las conductas están mediadas por los fines que se logran, me refiero a lo que se conoce como materialismo o finalismo. ?Si me dan, hago; si no me dan, paso o la armo?. He podido oír discursos del tipo que 2hay que portarse bien o ser bueno con los demás, para que los demás sean buenos con uno?. Discurso pobre en razonamiento y ética, ya que deja en la recompensa la posible acción e interés. Un niño quiero entender que no sólo se mueve por piruletas (la saciación, el gusto distinto, el desconocimiento, el miedo a la caries, el cambio de apetito,...le pueden hacer decir un ?no, gracias? al menos algunas veces, cosa que puede ser sana, como el hecho de tomar alguna de vez en cuando).

Una de mis amistades por entonces, además de colega, se extrañó de que viera que era negativo cuestionar penas físicas (castración, o incluso la pena de muerte). Una persona que pierde un miembro manifiesta una peor salud física, (el aparato excretor está unido al reproductor) y posiblemente un aumento de agresividad y rabia debida a una pérdida de una función considerada buena y necesaria en determinados momentos con un correlato con la descendencia. Todos hemos oído hablar de padres de la piel del demonio con hijos como ángeles, como el caso contrario. No olvidemos que una persona puede ser culpable pero puede haber errores a lo largo del proceso de incriminación e incluso intereses que permitan una equivocación para callar algo que alerta a la sociedad. El perpetuar frases como la comentada tiene conclusiones negativas, la gente descuidamos la prevención, el delincuente piensa que no va a entrar en la terna de sospechosos y el propio profesional obviará la posibilidad de encontrarse con una excepción a tan falsa máxima.

El delincuente no se recuperará; y puede andar a sus anchas cometiendo tropelías entre mujeres jóvenes, mayores o cualquiera que pueda considerar de interés incluso hombres. He visto que el hueco de la pornografía masculina está siendo cubierto, podemos caer en el mismo error que nos diferencia en determinados tipos de delitos y nos aboca a otros. El respeto debe ser la máxima, el cuerpo es algo natural y debe ser admirado sin llegar a caer en la obsesión o en la necesidad de poseer. Retomando la posibilidad de recuperar a agresores, creo que es negativo caer en la conducta de eliminar o alterar funciones. El síntoma no es la enfermedad, hay que realizar un tratamiento conjunto de reaprendizaje y control de impulsos que tienen un ancla en la fisiología y en la forma de entender el mundo.

Si una persona pierde las oportunidades normales pasado un proceso de recuperación se la excluye del conjunto de la población, la rabia y sensación de ser diferente aún mediando un motivo (del que ya se ha debido de arrepentir, parto que el plazo no lleva a la recuperación en sí mismo) la pueden llevar a sentirse más agresivo y realizar acciones para acabar con otros o consigo mismo mediando el daño a los demás.En la película el Club de los Suicidas, película curiosa y fácil de entender, se observa como frente a una realidad con una meta aparentemente sana (recuperarse y vivir) el grupo de personas enfermas crean una realidad paralela. Reflexionando esta realidad lejos de ser sana, es una opción que vende en la vida real. La gente enferma y agresora se odia y odia, llevando al caos a los protagonistas. El camino inverso nos permite realizar una búsqueda más positiva, el odiarse es fruto de experiencias (ajenas o causadas por otros y propias, incluso por dar demasiada importancia, a hechos que tienen varias lecturas) y de oportunidades que pueden aún retomarse desde perspectivas diferentes. Teniendo un puzzle y sus fichas podemos construir una bella imagen o podemos encontrarnos perdidos y sin una ilusión.

La falta de metas alternativas y la forma de expresar mediando la agresividad, la impaciencia, unido al hecho de intentar lograr los fines de cualquier forma, llevan al individuo a no poder encontrar una salida a la vida o violar los derechos de los demás.El ciclo vital de un individuo está mediado por una serie de obligaciones y oportunidades. Una persona en un país de cierto nivel tiene a la familia como referente, la escuela como centro de apoyo y formación, grupos de amistades. Hay instituciones que garantizan ciertos valores (servicio militar) que hacen al individuo protagonista de su vida como son el matrimonio, el trabajo y la sociedad que lo involucran y lo desarrollan. No obstante hay personas que conviven con una realidad paralela más o menos real o imaginaria en la que dan cabida a valores contraculturales. Advierto que un soltero o soltera en ciertos lugares está denostado o mal visto porque parece no ser productivo. El mito le puede estar salpicando en cierta medida. Hay personas con doble vida que parecen ser responsables o ciudadanos comprometidos que son jóvenes o que son mayores y en realidad viven bajo una máscara dañando a personas (de su familia o ajenas incluso para ayudar a la propia).

El agresor puede ser un padre iracundo, o un hombre infiel que se burla del compromiso del matrimonio. En muchos casos, los conocidos suele incluso ser ambos.Otro de los mitos que he oído en las clases de Derecho es la no obligación a denunciar a una persona que es maltratador. Digo mito porque uno puede perfectamente denunciar a alguien que le hace daño o dar referencia de que se lo hacen a un allegado. El comentario nace precisamente de otro tema relacionado, los ?etarras?.¿Denunciaría a un hijo o un padre que ha matado a otra persona porque quiere que la zona en donde vive quiera alcanzar una identidad propia separada del resto del Estado?. Recuerdo de pequeña haber leído unas novelas ilustradas en cómic de Emilio Salgari. Un griego con traje de rayas azules y blancas, corsario, es asesinado por su madre mediante un puñal. La madre opta por matar a su hijo porque deduje se ?había dado a la mala vida? a costa de matar a la gente sin escrúpulos. Un viejo tema, que creo debe responderse desde el Derecho de forma más seria. ¿Sería lícito?. ¿Qué debe hacer la madre para evitar que su hijo pueda volver a matar a gente sin poner en peligro la vida de nadie?. En esta breve disertación, creo que los profesionales del Derecho perdieron una buena oportunidad de presentar una solución honesta y eficaz. ¿Por qué cuando nos pasa algo no lo denunciamos o nos retiramos?.Lejos de creer en juzgados saturados, creo que se pueden dar respuestas mucho más interesantes para tanto ciudadanos como profesionales que quieren hacer un mundo mejor sin llevar las manos manchadas de sangre. ¿El ciudadano tiene derecho a prevenir futuros delitos?¿Deben enterarse los demás?¿ Se pueden buscar alternativas cuando el delito no se ha cometido porque se ha atajado a tiempo?¿ Se puede intervenir sin tener que ver cómo se derrama la sangre por el suelo como me han llegado a insinuar o se debe tener a la víctima viendo como pasan los días sin poder salir del túnel, porque el agresor saca provecho de tratarla mal hasta que el agresor se canse de verla sufrir?.Animo a plantear soluciones menos tajantes como la de buscar una única solución en la medicina farmacológica (el área psiquíatrica nos recuerda que sí las hay) y más efectivas o trabajar con diferentes alternativas. Pensemos que muchos efectos son reversibles. Mediando los mismos valores que son aceptados de forma social (mujeres, coches, dinero, ...no sonrisas, apoyo, calor, heroicidad, sacrificio y reparto) hay que buscar sistemas de entender al delincuente, sin perder el norte que es evitar que vuelva a ser un violador, agresor, o una persona agresiva. ¿Por qué la terapia de fichas es obviada?.

He oído poco sobre qué es y admito que he tenido la suerte de leer algo en apuntes de oposiciones, ya años después de haber acabado la carrera. Remarco que estamos en una sociedad en la que hay recompensas y castigos. Las cuestiones básicas en muchos son entendidas como recompensas (casa, coche, educación,...) en la mayoría como castigos (cuestan dinero, esfuerzo, requieren una inversión y renovación). ¿Por qué nos olvidamos de los verdaderos refuerzos buscando en los medios los fines?¿Qué pasa con las medallas, diplomas, las alabanzas, la poesía o las artes?. Intento de forma gráfica demostrar que la educación de mucha gente y su forma de relacionarse va mediada en resultados y objetivos, en vez de haber superado ese paso en el que el medio es la meta (la obligación elimina el placer y cubrir la necesidad) y obtener el disfrute en otras cuestiones como son lo afectivo y superar las querencias físicas. Una persona allegada (mi padre) suele decir que las obsesiones son malas, para aprender a comer hay que satisfacer las necesidades de forma justa, obteniendo en ello con cierto placer pero sin llegar a la obsesión, incluso es bueno el olvidarse de lo que se come, para sentir que uno no es esclavo de la comida. ?

El pagar con la comida el malestar provoca el efecto contrario?.Convendremos que muchos desplazamos el malestar en otras personas que pagan nuestro disgusto o agresividad. Cuestiones como el conocerse, tener voluntad, capacidad de sacrificio y disciplina, ciertas rutinas o costumbres básicas y necesarias, no engañar a los demás sin olvidarse de ser honesto y sincero con uno mismo, el arrepentirse de los fallos, remediar lo dañado si es posible, y prevenir para que no vuelva dará cierto resultado. Hay técnicas pero todas dependen de la inteligencia y la voluntad de la persona en querer cambiar, además del apoyo de terceros. No olvidemos que muchos de los agresores han recibido una mala educación (malos ejemplos, pocas alternativas o demasiadas sin supervisión adecuada, y una falta de modelos o referentes adecuados a los que recurrir en casos tanto de forma real como imaginada, cuando uno no tenga recursos). Detrás de un atleta o estudioso hay muchas horas de estudio y entrenamiento, la meta.

Las medallas son escasas, hay otros valores que hacen que un eterno perdedor siga luchando aún cuando su edad óptima estimada haya pasada. Animo a plantear programas en los que se establezcan metas y objetivos que permitan hacer una vida normal, incluyendo tanto aspectos positivos para que el esfuerzo se consolide y la persona vea que el cambio de actitud y de conducta conlleva ventajas para todos, incluida ella misma.

Mª Vega Funes Martínez

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